domingo, 31 de mayo de 2009

El chiringuito, el chiringuito

Alterado está el mandamás de la ACB, Eduardo Portela, con el empeño de Jordi Bertomeu de 'cerrar' la Euroliga. Portela ahora tira de los presidentes de los clubes que pintan poco o nada en la Liga ACB y menos por Europa para tratar de frenar la intención director ejecutivo de la Euroliga.

Portela parece que no se acuerda de sus maquinaciones para arrancar a los equipos destacados del baloncesto nacional de la tutela de la Federación Española y así montar ese chiringuito al que llamó Asociación de Clubes de Baloncesto (ACB) y que tanto rédito le ha dado (y sigue).

Entiendo que el planteamiento de Bertomeu va por el mismo camino. Su intención no debe ser ni más ni menos que construir un superchiringo a nivel europeo, que es la forma de crear un negocio o sistema de explotación similar al de la NBA. Incluso con capacidad en el futuro para plantearse una competición de mayor rango contra equipos yanquis, aprovechando que David Stern y su macrochiringuito de la NBA se plantean su expansión por otros continentes. Más en tiempos en los que cualquier empresario de cierto rango busca abrirse a nuevos mercados, sobre todo los que ya piensan en el momento en el que regresen los tiempos de bonanza económica y el más que seguro boom publicitario que llevará aparejado.

En fin, me da la sensación de que, por mucho que se empeñe Eduardo Portela y su troupe, Jordi Bertomeu y los grandes clubes del baloncesto del viejo continente acabarán montando su gran chiringuito y dejando compuestas y sin novios a las Ligas de países como España, Italia o Grecia... Será algo que estoy seguro de que con el tiempo también se desarrollará en el mundo del fútbol.

Considero que la crisis económica que vivimos va a devolver al baloncesto español a tiempos ya bastante de atrás, en los que había dos equipos con mucha pasta -Real Madrid y Barcelona o Barcelona y Real Madrid (tanto monta, monta tanto)- y a los que sólo se van a poder agarrar y competir contra ellos aquellos clubes dependientes de entidades bancarias o de algún Román Abramóvich o Florentino Pérez de turno. Más que nada porque los citados clubes son los únicos que van a contar con capacidad para tirar de talonario y fichar elementos de primera línea, el resto de entidades tendrán que afinar el lápiz y devolver el mercado a su sitio tras ya varias temporadas en las que se han desmadrado los contratos sobrepagando a jugadores de medio pelo (o 'calvos').

La historia, o pelea, es el CHIRINGUITO...

3 comentarios:

Ebeling dijo...

Escuchando anoche a Florentino Pérez me dio la sensación de estar leyendo este post. El nuevo presidente del Real Madrid abogó por una liga europea de fútbol, que es lo que considera una fuente de ingresos para los equipos que en su día enroló en el G14 y que ahora, una vez que se ha difuminado la idea, pretende revitalizar. Supongo que en el ámbito del baloncesto, el pensamiento va en la misma línea. La verdad es que Bertomeu es un alumno aventajado de Portela y trata de aplicar el mismo modelo pero a nivel europeo. El asunto es qué será de los equipos sin potencial para jugar una Euroliga pura y dura. De todos modos, la pela es la pela. O el centimillo, el eurillo. Y eso es lo que hay.

ERNESTO FERNÁNDEZ dijo...

Antes no nos complicabamos tanto la vida y la gente iba a ver baloncesto,se televisaba,habia aficion, no se...¿que se esta haciendo tan mal,tan rematadamente mal???????

Alerito fino dijo...

Es que lo del baloncesto en España tiene difícil arreglo mientras la ACB siga aplicando su política de sálveme yo y mi chiringuito y que los demás se busquen la vida. Su estructura es tan cerrada, por no decir hermética, que hace lejano el baloncesto porque, a modo de secta, tiene comido el tarro a todos los clubes. En la ACB se están conformando con que a ellos, la propia ACB, le salgan los números. Les da igual lo que pasa de puertas para afuera. Su política de silencio y de que no se hable de mí perjudica claramente a los clubes, que se encierran y sólo permiten que se sepa de ellos en los partidos. Y sólo se acuerdan de los demás cuando hay problemas de caja. Y como dicen los publicistas: para vender hay que trillar la calle. Y si no se vende, acabas cerrando. Que se lo pregunten a más de un club ACB en la actualidad, que se están tambaleando sobre la fina línea que separa malvivir o desaparecer.