El uno es el claro protagonista del día en el mundillo del baloncesto. Dos escenarios bien distintos y se aplica en ambos. En la final de la
NBA, los
Lakers están a una victoria de conquistar el título tras ganar en la pista de los
Magic el cuarto partido (91-96) y situarse en la serie con 3-1 a su favor. En la final de la
ACB, el Barcelona vence en
Vitoria (80-82) y se hace con el factor cancha: 0-1.
En los
Lakers, un protagonista según las crónicas:
Derek Fisher, que clavó dos triples catalogados como milagrosos para rescatar a su equipo y llevarlo al éxito en la prórroga.
En el
Barça, también un protagonista:
Gianluca Basile, que sin mirar anotó un triple desde el quinto
carajote a dos segundos del final. Después, sirvió para nada la pizarra de
Dusko Ivanovic.
Sin lugar a la duda, los momentos de sus canastas los convirtieron en protagonistas. Sin embargo, tanto en uno como en otro partido, me quedo con otros 'unos':
Kobe Bryant y David
Andersen.
Bryant, con 32 puntos, ocho asistencias y siete rebotes, mantuvo a su equipo en todo momento en el partido y se jugó bastantes situaciones en las que los
Lakers necesitaron de un líder para no
hundirse de forma definitiva.
Howard sigue viviendo del azul de
Superman, pero está demasiado verde para liderar a un equipo que busca un anillo de campeón de la
NBA. Y
Turkoglu, por muchos 25 puntos que calzara, me dio la sensación de ser un pegador sin sentido de equipo, tanto que bastantes de sus tiros ofrecieron canastas fáciles a los rivales.
Andersen, 21 puntos, fue el jugador que metió al Barcelona en el partido y el que asestó constantes golpes frente a cualquier intento del
Tau por retomar el mando en el choque tras el descanso, y ante el que
Ivanovic no supo crear una situación defensiva que lo atascara y obligara a los
azulgrana a jugar gastando balones desde posiciones en las que ayer se manifestaron obtusos.
Cuestión de números 'unos'.