Aquel día estaba jugando al baloncesto con mi hermano cuando lo dijeron en la radio. Nos quedamos helados. Lloré y seguí jugando al baloncesto con mi hermano, por él.
Lo mío fue bastante peor. Había salido de trabajar y estaba pegándome unos 'cafelitos' con Antonio, uno de los primos de Fernando Martín. Estábamos en un pub de la calle sol de Granada, del que no recuerdo su nombre, pero sí el del dueño: Mazoco. Llegó otro amigo contándolo y lo vimos en la tele que allí había, por lo que puedes imaginarte como se cortó el ambiente.
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Aquel día estaba jugando al baloncesto con mi hermano cuando lo dijeron en la radio. Nos quedamos helados. Lloré y seguí jugando al baloncesto con mi hermano, por él.
Lo mío fue bastante peor. Había salido de trabajar y estaba pegándome unos 'cafelitos' con Antonio, uno de los primos de Fernando Martín. Estábamos en un pub de la calle sol de Granada, del que no recuerdo su nombre, pero sí el del dueño: Mazoco. Llegó otro amigo contándolo y lo vimos en la tele que allí había, por lo que puedes imaginarte como se cortó el ambiente.
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