Leo un artículo que el actual entrenador del CB Granada, Trifón Poch, dedica en su web al baloncesto de base y veo al detalle lo que observo hace algunos años cada vez que acudo a presenciar algún entrenamiento o partido de equipos de niños. Salvo raras excepciones, que alguna hay, desde edades muy pequeñas, desde categorías de minibasket o de premini, se pasa a 200 por hora de impartir técnica individual. La única consigna es dejar que jueguen corriendo detrás del balón de zona a zona. Ni siquiera se enseña a manejar el balón o a entrar a canasta con las dos manos. Y eso de los cambios de dirección, de ritmo, reversos... ni por asomo. Bueno y no hablo del tiro a canasta. Sirva como ejemplo un detalle que presencié hace poco en un entrenamientos de minibasket: el entrenador manda tirar desde la línea de tres puntos; apenas ningún niño llegaba a canasta por lo que la mayoría sacaban el balón de la cintura como sin lanzaran piedras; pues nada, que no se acercó a corregir a los niños ni tampoco cambió el ejercicio. Antes estuvieron entrando a canasta: por la derecha, más o menos; por la izquierda ni idea, nada más que una gamba tras otra; pues nada, que no se acercó a corregir a los niños. Empezó el partido y comprendí lo que me parecía incomprensible: correcalles sin sentido y monotemático para el más espabilado. La verdad es que lo único que le importó a dicho entrenador fue el marcador final. Al menos, su lenguaje hacia los niños fue correcto, que ya era fue algo.
Aunque arriba he puesto el enlace para entrar al sitio en el que escribe Trifón Poch, a continuación reproduzco su artículo:
La casa por el tejado. Por Trifón Poch.
En este año que he estado sin entrenar, que algunos han llamado sabático (¡qué gracia!), he tenido la oportunidad de ver muchos entrenamientos y partidos de categorías de formación, de niños y niñas. Hay muchas cosas que decir sobre todo lo que he visto dentro y fuera de la pista y tendremos oportunidad de ir comentándolas, pero a raíz del artículo que publicó recientemente José Luis González sobre lo que él ha denominado “el árbitro orquesta”, sí me gustaría empezar estas consideraciones hablando sobre el trabajo de entrenador en equipos de jóvenes. Lamentablemente gran parte del tiempo dedicado al entrenamiento se ocupa en ejercicios enfocados hacia el que parece el objetivo más importante: ganar, y hay muy poca atención a la técnica individual. Se pide al jugador que desarrolle conceptos de juego complejos sin tener una base técnica suficiente. No puedes organizar una sofisticada salida de presión, por ejemplo, si los niños apenas saben botar o hacer un cambio de mano o no tienen todavía la fuerza necesaria para dar un pase largo. Se incide en conceptos de ataque complicados para jugadores que no están preparados técnicamente para ejecutar las acciones que darían agilidad a esos conceptos. Hace años estaba viendo el entrenamiento de un equipo de base previo al de ACB y uno de mis americanos, apasionado del baloncesto, también miraba, se me acercó y me dijo: ¡Qué malo es el entrenador! ¿Porqué hace esos ejercicios si técnicamente no pueden? Le propuse si quería entrenar a aquel equipo algún día y me dijo que sí. Se pasó todo el rato trabajando simples movimientos de técnica individual, incluidas entradas por la izquierda.
Parece que no se puede “perder el tiempo” con determinados conceptos de mejora porque lo que interesa es ganar el campeonato escolar de la ciudad o el autonómico de selecciones. Además de que no se trabaja adecuadamente en los entrenamientos otro aspecto que me parece importante corregir es la actitud del entrenador que debe formar niños. La manera de dirigirse a los niños, de corregir en los ejercicios, de estimular y exigir al mismo tiempo no siempre es la más adecuada. Donde este aspecto me resulta más preocupante es en la dirección de los partidos. Demasiados entrenadores formadores actúan como lo hacemos los profesionales. Llegado el partido se deja de ayudar a los niños a seguir mejorando, no se disfruta jugando, se sufre, y a esas edades no es lo más correcto. Los gritos, las broncas, los cambios por errores, las protestas a los árbitros, incluso actitudes tramposas con el único objetivo de ganar a toda costa, lo único que provocan en el niño son miedos, inacción por no cometer un error, inseguridad y reacciones violentas hacia un rival o hacia “el pobre árbitro orquesta”. Durante el partido es precisamente cuando más debemos concentrar nuestra atención de entrenador que forma en las correcciones técnicas, en el apoyo al niño. No imaginamos cómo vive un pequeño el día, el momento del partido. Para ellos es un momento muy especial, están nerviosos, sus familiares vienen a verles, quieren hacerlo bien y, en muchas ocasiones, se encuentran que es su propio entrenador el que se convierte en una presión tan grande que convierte ese instante en un mal rato.
7 comentarios:
Quizá, habría que tener una cantera de entrenadores, pues la mayoría de las veces no se le puede pedir a uno que enseñe técnica individual si él mismo no la domina.. El 'éxito' de los que preparan niños en Granada es monumental: desde hace ya la pila de años no sale un jugador. Vamos, desde la época en que Eugenio Llera entrenaba al equipo EBA. El único granadino que está en el equipo ACB está gracias al Real Madrid. Como bien dices, lo importante es ganar.
No voy tan lejos como para exigir que salgan niños ACB. La historia es que en las categorías inferiores, desde los más pequeñitos, se ha renunciado en gran medida a impartir fundamentos del baloncesto. Ahora lo que se vende es eso del dejar jugar. Y eso es algo que pasa factura conforme avanza la edad del niño. Con el paso de los años se nota mucho la diferencia entre los niños con fundamentos y los que no los tienen. Ejemplos claros, sin ir muy lejos, se pueden encontrar en la liga provincial sénior o en la del Patronato de Deportes, en las que compiten varios equipos formados por antiguos jugadores, muchos de ellos con más de 40 años, que plantan cara y ganan a los equipos formados por jóvenes. Es simple diferencia de fundamentos y conceptos del juego. Recomiendo ver algún que otro partido de los que he mencionado. Un equipo que es todo un espectáculo es el Pies Negros, que juegan en la Liga del PMD del Ayuntamiento de Granada. También el Gabia de la liga provincial sénior de Granada.
Me gusta Trifon. Me gusta desde el primer dia e incluso me gustaria si fueramos peor en la tabla. QUE BUEN CAMBIO HICIMOS!!!
Pues llevo tiempo si ver partidos de chavales, y mucho menos, entrenamientos, y desconocía que la cosas estaba así, aunque sí he echado algún vistazo a los partidillos que se ven en los descansos ACB y tienes razón, son un puto correcalles.
Ya no existen entrenadores como Patricio, Alerito!!!
Aún recuerdo esos entrenamientos de minibasket en el Colegio Virgen de la Antigua de Almuñécar. Patricio era un hombre peculiar, a veces bastante duro para tratarse de chavales, pero enseñó fundamentos de baloncesto a tíos cuya coordinación era pésima o nula. Nos enseñó a todos a jugar al baloncesto. Y la evolución fue tremenda en una temporada. Nos hizo campeones del torneo de minibasket de pueblo en seis meses, un hito para un colegio que nunca había tenido equipo de baloncesto en categoría pequeñas, puesto que las canastas las habían puesto un año antes o así. Un crack.
Patricio, el chileno. Lo mejor era cómo tiraba a canasta cuando jugaba pachangas. Eso sí, educado ante todo. De todos modos, su fuerte era remar paralelo a la playa de San Cristóbal él solito en una barcaza de pesca de esas de madera intensa, no había 'co...' con él. ¡Ah! y ese Ford Taunus con el volante a la derecha, que espectáculo. Hace ya bastante tiempo que le he perdido la pista y no sé que es de él. Lo mismo sucede con Manolo Campos, Boby Night para algunos, entre otros Eugenio Llera o José Antonio Ureña (que malillos eran), que es otro de los que dio mucho por el baloncesto en Almuñécar y, por cierto, era/es íntimo amigo del que ahora es presidente de Federación Granadina de Baloncesto, Germán Morales.
El mismo... Sí, sí, su mecánica de tiro era extraña, a dos manos por encima de la cabeza. Y luego te enseñaba a tirar bien, que era lo extraño, no como él lo hacía. También era muy dado a vacilar de sus flexiones a una mano. Yo también le perdí la pista. Lo último que sé es que volvió a Chile, porque su madre estaba enferma. Por Almuñécar corrió el rumor de que había fallecido, pero nunca se ha podido confirmar. Sí, recuerdo que Germán nos arbitraba partidos en aquella época. Bobby Knight anda por Almuñécar, pero creo que no tiene ninguna relación ya con el mundo del basket. Tengo que preguntar.
A ver si te enteras de Bobby Knight, que tengo curiosidad. Supongo que seguirá con el hotel subiendo por La Najarra a la derecha (ya no me acuerdo del nombre).
Publicar un comentario