
Portela parece que no se acuerda de sus maquinaciones para arrancar a los equipos destacados del baloncesto nacional de la tutela de la Federación Española y así montar ese chiringuito al que llamó Asociación de Clubes de Baloncesto (ACB) y que tanto rédito le ha dado (y sigue).
Entiendo que el planteamiento de Bertomeu va por el mismo camino. Su intención no debe ser ni más ni menos que construir un superchiringo a nivel europeo, que es la forma de crear un negocio o sistema de explotación similar al de la NBA. Incluso con capacidad en el futuro para plantearse una competición de mayor rango contra equipos yanquis, aprovechando que David Stern y su macrochiringuito de la NBA se plantean su expansión por otros continentes. Más en tiempos en los que cualquier empresario de cierto rango busca abrirse a nuevos mercados, sobre todo los que ya piensan en el momento en el que regresen los tiempos de bonanza económica y el más que seguro boom publicitario que llevará aparejado.
En fin, me da la sensación de que, por mucho que se empeñe Eduardo Portela y su troupe, Jordi Bertomeu y los grandes clubes del baloncesto del viejo continente acabarán montando su gran chiringuito y dejando compuestas y sin novios a las Ligas de países como España, Italia o Grecia... Será algo que estoy seguro de que con el tiempo también se desarrollará en el mundo del fútbol.
Considero que la crisis económica que vivimos va a devolver al baloncesto español a tiempos ya bastante de atrás, en los que había dos equipos con mucha pasta -Real Madrid y Barcelona o Barcelona y Real Madrid (tanto monta, monta tanto)- y a los que sólo se van a poder agarrar y competir contra ellos aquellos clubes dependientes de entidades bancarias o de algún Román Abramóvich o Florentino Pérez de turno. Más que nada porque los citados clubes son los únicos que van a contar con capacidad para tirar de talonario y fichar elementos de primera línea, el resto de entidades tendrán que afinar el lápiz y devolver el mercado a su sitio tras ya varias temporadas en las que se han desmadrado los contratos sobrepagando a jugadores de medio pelo (o 'calvos').
La historia, o pelea, es el CHIRINGUITO...