Quién no ha entrado en un Palacio de Deportes o macroinstalación deportiva (como le gusta decir a los politiquillos de turno) y no se ha sorprendido por el tremendo volumen de los marcadores. Hace años eran simples paneles luminosos que estaban puestos sobre la pared de los fondos o en las esquinas de la pista de juego. Ahora, por norma general, se suspenden del techo sobre la vertical del centro de la cancha. Su gran superficie y el contar con cuatro caras, si bien algunos son circulares, permiten servir mucha información al espectador: dorsales y nombres de los jugadores, faltas cometidas, momento del encuentro, tiempos muertos solicitados... Y lo que es el principal motivo por el que los marcadores ahora son gigantescos: cuentan con pantallas de televisión sobre las que se proyectan numerosos anuncios, que contribuyen a la cuenta de negocio de los clubes.
En la primera imagen pueden ver el mazacote marcador existente en el Palacio de Deportes de Granada. Cuando lo instalaron se vendió como el no va más pero, a los pocos días, otras instalaciones, como la Fontajau, pusieron en evidencia al luminoso de la cancha granadina.
La historia y el motivo por el que les marco el rollo es para enseñarles cómo es un marcador por dentro, que es algo que muy pocos conocen:
En fin, como diría un amigo mío, aunque él lo aplica directamente a determinadas personas: los marcadores de ahora son como el edificio de CajaGranada, sólidos por fuera y huecos por dentro.
1 comentario:
Sólido por fuera y hueco por dentro era más de uno que ha habitado el banquillo del CB Granada en los últimos tiempos. A todo esto, para qué carajotes tanto armatroste. Me acuerdo el día que se cayó, menos mal que no fue durante el partido ya que me hubiera pillado de pleno.
Publicar un comentario